Oracion de la  semana:

Querido Dios, te agradezco por este día. Te agradezco por poder ver y oír esta mañana. Soy bendito porque eres un Dios comprensivo y de perdón. Tu has hecho tanto por mi y continuas bendiciéndome cada día. Perdóname por todo lo que he hecho, dicho o pensado que no era agradable para ti. Por favor mantenme seguro, alejado de todo peligro o daño. Ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud y mucha gratitud. Déjame hacer lo mejor de cada día
para aclarar mi mente y así poder oírte. Por favor expande mi mente para que pueda aceptar todos tus designios. No permitas que me lamente de las cosas sobre las que no tengo ningún control. Permíteme continuar viendo el pecado a través de tus ojos Señor, y que pueda reconocer el mal. Continua bendiciéndome para que pueda bendecir a otras personas. Mantenme fuerte que pueda ayudar al débil. Mantenme con los ánimos levantados para que pueda tener palabras de aliento para otros. Ruego por los que se pierden y no pueden encontrar su camino. Ruego por los que no te conocen íntimamente. Ruego por los que borren este mensaje sin compartirlo con otros. Ruego por los que no creen. Pero te agradezco porque yo creo. Creo que tu cambias a la gente y cambias las cosas. Ruego que cada ojo que lea esto sepa que no hay problema, batalla, circunstancia, o situación mayor que
tu
Señor. Ruego para que estas palabras sean recibidas en los corazones, que cada ojo que las vea y
cada boca que las pronuncie, las confiese dispuesto.
Esta es mi oración. En el nombre de Jesús, Amen.

Testimonios:

El Joven Evangelista y Un Milagro:

Corría el año 1985 en la ciudad de Córdoba en la República Argentina.
En aquel tiempo en el ámbito eclesiástico había una frase que se repetía
en todos los sectores del país y se remontaba en las cruzadas de un
Joven Evangelista donde mis Padres colaboraban como Ujieres y era:

Oíme Bien Satanás

Al instante que esas palabras salían de su boca literalmente miles de
personas eran impactadas con el poder del Espíritu Santo. Muchos se
sanaban de todo tipo de enfermedades, otros recibían el don de lenguas,
y otros eran liberados de espíritus demoniacos, era algo asombroso.
Lo más emocionante para mi mente de 7 años era llegar a casa y charlar
hasta largas horas de la noche con mi hermano y mis padres de todas las
aventuras que habíamos experimentado en esas noches de avivamiento. Sin
darnos cuentas Dios nos estaba entrenando para una gran Guerra
Espiritual que años después se manifestaría en el ministerio a las naciones que Dios nos tenia preparado. Mis ojos grababan como si fueran dos cámaras digitales mientras la música de la campaña sacudían los corazones y la gente que cantaba con delirio.
Era una experiencia sobrenatural para nosotros y Algo muy dentreo mío me decía
que ser ?Ministro de Dios? seria mi asignación en la vida y escuchaba
todos los días sus cassettes tarareando sus canciones y soñaba con algún día poder ser usado por Dios como ellos. La parte que mas me
estremecía era cuando El dirigía su mano y decía: ?Un Camillero a La
Derecha Por Favor? ?Otro En El Fondo Por Favor? y ellos corrían con una
pasión que alucinaba. Yo quería estar ahí en el medio de la acción y
me metía entre las piernas de mis Padres y me sentía todo un Héroe,
todo un Soldado de Cristo, no me asustaba ver a esa gente
convulsionando sobre la camilla mientras eran llevadas a La Carpa de Liberación.
Recuerdo la primera vez que entre a esa enorme Carpa
parecía a un hospital improvisado como en las películas de guerra pude
ver a gente de todos los estratos sociales venir a los pies de Cristo y ser transformados completamente: Personas se retorcían como serpientes en el piso, algunos de ellos se enroscaban en los postes, otros en los rincones con la cara deformada como si fuera un monstruo, no parecían seres humanos era gente que gritaba con locura y vomitaban
una espuma blanca y finalmente se desmallaban desvanecidos y de a
puñados eran liberados y restaurados de todo tipo de demonios y ataduras malignas.
Esas mismas personas que hacia una hora atrás estaban super poseídas subían al escenario y brincando daban sus testimonios de cómo la misericordia y la gracia del Señor los había salvado. Al tiempo en ese mismo año la Pulmonía golpeo mi puerta
mis padres la combatían con todas clases de medicinas y la sanidad no
llegaba al punto tal que se volvió una enfermedad crónica y después de
innumerables inyecciones siguió empeorando y se traslado a mis oídos donde poco a poco comencé a perder la audición. Recuerdo un día en
que estaba mirando televisión y mi Mama vino espantada porque tenia el
volumen a todo vapor y para mi era algo normal, fue ahí donde vi la
desesperación en los ojos de mi madre y con lágrimas en sus ojos me
abrazaba y me decía: ?Dios te va a sanar hijo mío, Dios te va a sanar?
y todas las semanas me llevaba al médico y me hacían audiometrías donde
los reportes no eran para nada alentadores, los doctores decían que del
oído derecho ya casi había perdido toda la audición y del izquierdo
solo me quedaba la mitad. Los medicamentos no daban resultado y nada funcionaba.
Unas de esas noches meditaba en las palabras de mi Padre
y Él siempre me hablaba de las promesas del Señor y me decía que Dios
era Todopoderoso y lo que le pidiera Él me lo daría, en ese momento
comencé a recordar todas las veces cuando este Joven Evangelista en sus
campañas llamaba a los enfermos de sordera y cientos eran sanados.
Uno de esos fines de semana mis padres decidieron llevarnos de vacaciones a
las montañas de Córdoba en un campamento llamado Diquecito donde luego
ese sábado solo a unos kilómetros iríamos a colaborar en otra de las campañas de este renombrado evangelista. A las horas uno de los amigos de mi padre viene y nos dice que el Evangelista estaba en un hotel de la zona y se entero que un grupo de sus Ujieres estaban en ese campamento y quería orar con ellos para interceder por todo lo que iba
a tomar lugar en esa noche. En minutos estábamos allí orando en círculo
y él tomo mi mano y mirándome a los ojos me regalo una sonrisa y siguió orando.
Luego nos pregunto como íbamos a llegar a la campaña y le
dijimos que tomaríamos el autobús y El dijo: de ninguna manera, yo los llevo con mi Renault 18. Puedo acordarme de cada detalle, desde escucharlo orar en lenguas mientras manejaba hasta ver el sol caer detrás de las hermosas montañas Cordobesas.
Llegamos al campo donde había miles de personas esperando por una noche más de Prodigios y Milagros y yo estaba ahí esperando por el mío. Recuerdo que la
banda comenzó a tocar y el sonido de un mar de gente empezó a abarrotar
el escenario del Joven Evangelista, esa noche mire al cielo y con mi
mente le hable al Señor y le dije: Por favor te pido que me sanes,
quiero que me uses en gran manera, a los pocos minutos se hace el
llamado para los que padecían de sordera y mis Padres me agarran del
brazo y comienzan a orar por mi, en ese mismo instante ?Un fuego
comenzó a arder tremendamente desde mi estomago y lentamente subía por
todo mi cuerpo y me quemaba, comencé a gritar: Me quema, Me quema, el
fuego siguió subiendo hasta el nivel de mi cuello y cuando llego a mis
oídos sentí una explosión y como si hubiera tenido dos tapones en mis
oídos salieron violentamente y empecé a escuchar normalmente como si
alguien hubiera subido el volumen de mi equipo de música. Recuerdo
que ese día me Enamore de Dios porque El me había escuchado, esa
noche marco mi vida para siempre simplemente porque creí que me iba a sanar.
Esa semana mis padres me llevaron a mi rutina de audiometría
y los doctores trajeron los reportes diciendo que Mis oídos estaban perfectos y que había sido un Milagro. Al poco tiempo comencé a tener mis primeros encuentros con la música convirtiéndome en:Cantante, Compositor, Saxofonista y Predicador, dando lo mejor de mi niñez, adolescencia y juventud al servicio del Señor?.
En honor a este tremendo Evangelista:
Gracias Carlos Annacondia por haber ofrecido tu vida como un instrumento en las manos de Dios.

Te ama, David, New york, Agosto 22 de 2007.